Las variedades mejoradas son variedades obtenidas a través de cruces
selectivos y/o modificación genética. Suelen ser más productivas y su
germinación es más homogénea pero también están menos adaptadas, por lo que se
suele necesitar más pesticidas, abonos, agua… Estas variedades suelen ser
fáciles de encontrar en comercios, suelen estar certificadas y algunas pueden
tener patentes.
Los híbridos son semillas obtenidas del cruce de dos variedades
diferentes. Normalmente son plantas con gran vigor y buenas características
pero las semillas obtenidas de estos híbridos darían plantas distintas y poco
interesantes, lo que obliga a comprar semillas cada año.
Las variedades tradicionales han sido cultivadas en una
zona durante cientos de años, y están adaptadas al suelo, al clima, a las
plagas, a enfermedades y a otras condiciones locales.
Estas variedades suelen ser menos
productivas si tenemos en cuanta solo el rendimiento por planta. Pero aportan
grandes beneficios ya que son parte de la cultura de la zona, recogen la
sabiduría transmitida de generación en generación. Además es una buena manera
de diversificar y enriquecer nuestra dieta, por que aportan alimentos que el
mercado actual no proporciona. Al poder seleccionar e intercambiar nuestras
propias semillas, ganaremos en autonomía al no tener que comprar semillas. Todo
ello mientras aumentamos la agrobiodiversidad, ya que podremos tener variedades
de distinto tamaño, color, sabor…
Los bancos de semillas sirven para conservar y preservar estas
variedades tradicionales, locales o de dominio público y poder utilizarlas o
intercambiarlas en un futuro.
¿Por qué un banco de semillas en el Huertódromo?
Uno de los objetivos del huerto
comunitario “El huertódromo” es el aprendizaje conjunto y la preservación de la
cultura. Ya que las semillas son parte de nuestra cultura es importante conservarlas
y fomentar su uso. Por eso, queremos facilitar su cultivo e intercambio y que
todos podamos tener acceso a ellas.
¿Que tener en cuenta
cuando se coge semillas?
Según la floración
- Hortalizas que florecen a lo largo de varios meses. Se aprovecha el fruto: Tomate, haba, calabaza…
- Hortalizas que florecen una sola vez al final
del ciclo. Se aprovecha la hoja: lechugas, coles, acelgas…
- Hortalizas bianuales. Florecen el segundo año,
primero forman una raíz (comestible) y después florecen. Se aprovecha la raíz o
bulbo: Zanahoria, cebolla, ajo…
Según la polinización
- Autogamas: Autopolinización. Plantas que se
polinizan solas. Haba, tomate, berenjena, pimiento, guisante, lechuga, judía…
- Alógamas: Polinización cruzada. Plantas que
necesitan el polen de otra planta para polinizarse, por lo que necesitan viento
o insectos. Cebolla, zanahoria, perejil, col.
Habrá que
tener especial cuidado si queremos que no se crucen con otras variedades o
incluso especies. Para ello, se recurre a métodos como:
o Cultivar solo esa variedad en tu huerto (y que
tus vecinos tampoco las cultiven) o distanciadas bastantes km
o
No hacer coincidir los periodos de floración.
o Embolsar las flores: para autopolinizadoras o
polinizadas por nosotros mismos y después embolsando
o Tapando las plantas de la variedad distinta, de
tal manera que solo quede la planta que nos interese libre.
o Caso de las cucurbitáceas. Sus flores no son
hermafroditas, hay flores macho y flores hembra. Para asegurarse de que la
semilla es pura habrá que polinizarla manualmente con un pincel y después
embolsarla. Hay que tener cuidado porque estas también pueden hibridarse entre
especies.
¿Cómo seleccionamos?
Se elegirá la planta más vigorosa con mejores frutos, mejores características y sin plangas ni enfermedades.
En la planta elegida se seleccionarán los mejores frutos, de tamaño, color… Estos frutos deberán quedarse en la planta hasta que estén totalmente maduros o la vaina se seque.
De las plantas del tipo hoja o raíz, que nos interesa que la floración sea tardía, es mejor elegir la que espigue más tarde.
Es conveniente coger las semillas de la primera floración.
Antes de sacar semillas de variedades comerciales, habrá que saber si estás son o no híbridas. Los “hijos” de las
híbridas podrían dar plantas poco interesantes.
¿Cómo recoger las
semillas?
- · Cuando el fruto se coge maduro: Normalmente se
aprovecha el fruto y se retira alguna semilla, aunque mejor dejar el fruto que
madure del todo en la planta. Calabaza, tomate.
- · Cuando el fruto se recoge sin madurar: Deberá
permanecer más tiempo en la planta, aunque luego no podrá ser aprovechado.
Pepino, calabacín, judía verde, berenjena.
- · Cuando se aprovechan las semillas: Dejarlas
madurar en la planta y después reservarlas. Girasol, maíz, habas
- · Cuando se aprovecha la raíz u hojas: Dejarla
florecer, fructificar y colocar alguna bolsa o tela debajo por si se desprenden
que no caigan a tierra.
¿Cómo conservar las
semillas?
Para conservar las semillas lo
primero habrá que limpiarlas:
Eliminar tierra, pulpa, capsulas o vainas. Mediante agua, cribado o aventado,
dependiendo de la semilla.
Después secarlas para que no se pudran o germinen. Para ello habrá que
colocarlas en una zona aireada y moverlas de vez en cuando.
Las semillas tienen una vida
limitada, dependiendo de la especie y de la manera de almacenarlo.
Las
condiciones ideales se darían en un lugar seco, fresco, poco oxígeno y ausencia
de luz.
Para hacer nuestro banco de
semillas necesitaremos:
- · Un frasco de cristal que quede herméticamente
cerrado (previamente lo dejaremos entre 2 o 3 días abierto para eliminar la
humedad)
- · Un trozo de tiza o bolitas de sílice para
absorber la posible humedad.
- · Etiquetarlo con el nombre de la hortaliza,
variedad, fecha de envasado, posible fecha de caducidad, procedencia y alguna
característica.